20 de marzo de 2015
Robert Kiyosaki, empresario y orador motivacional estadounidense, afirma que “la confianza viene de la disciplina y la formación”. No existe una manera mejor de enfrentarnos al mundo laboral que creer en nosotros mismos y, en cierto modo, eso lo conseguimos estando preparados a nivel teórico para, en un futuro próximo, aplicar los conocimientos en el mundo laboral. En Didactic Formación os queremos explicar cómo influye la formación de las personas en la economía nacional.
Uno de los lastres principales de nuestro país es el elevado porcentaje de desempleo que abre los titulares de los medios nacionales cada mes. Como os explicamos hace varias semanas, el empleo ha crecido en España durante el mes de febrero y, en este sentido, la modalidad contractual con un mayor auge es el contrato de formación. Pese a todo, las cifras de personas sin trabajo son todavía alarmantes.
Uno de los aspectos que influye directamente en los datos macroeconómicos es la formación de los ciudadanos. Según un estudio del BBVA y Fedea, cada año que pasa una persona en la escuela, conlleva un 30% más de renta, seis puntos menos de paro y un aumento de la productividad media en un 10%. Así, es evidente que la formación de las personas tiene una influencia directa en la economía a nivel nacional.
Según el estudio en cuestión, la población española permanece escolarizada unos 10 años de media frente a los 12 que pasa la población de la OCDE. Nuestra trayectoria histórica pone en evidencia que es la escasez de formación uno de los lastres de nuestra economía y un tema a tratar con urgencia. No podemos obviar, pese a todo, que en los últimos 50 años se ha duplicado el nivel educativo de la población de nuestro país. De hecho, mientras que en 1960 los españoles difícilmente pasaban más de cinco años en la escuela, en 2011 estos datos han aumentado hasta los 9,79 años: prácticamente se ha duplicado.
La primera consecuencia de este aumento de la formación se ha traducido en la desaparición del analfabetismo y un aumento considerable de las personas con formación superior. No obstante, seguimos ocupando una de las peores posiciones en esta materia, superando sólo a Portugal y situándonos en un lugar muy similar al de Grecia o Italia.
Según el estudio del BBVA y Fedea, las economías con un mayor nivel educativo son más productivas y sufren menos el desempleo: los países con una media de escolarización más elevada son Estados Unidos y Suecia, que superan los 13 años. El motivo fundamental de la influencia entre la formación y la economía es que el capital humano cualificado es, sin lugar a dudas, uno de los motores fundamentales del crecimiento económico de los países. De hecho, con estos datos somos capaces de explicar las diferencias entre las regiones españolas: Madrid y las comunidades del norte se encuentran por encima de la media, mientras que en el sur y la zona de Levante se encuentran por debajo y esto se traslada, directamente, a los datos de desempleo que sufren las zonas en cuestión.
No todo es culpa de la crisis económica que nos acecha desde finales de la década pasada. Una de las explicaciones del abandono escolar es el auge del sector de la construcción durante la década de los ’90 y los primeros años de la de los 2000. Actualmente las diferencias se están estrechando y, para evitar volver a la situación de hace unos años, debemos seguir promocionando la importancia de los conocimientos académicos.
En lo que se refiere a la riqueza del capital humano, la empresa puede aportar su grano de arena mediante la incorporación de trabajadores con el Contrato para la Formación y el Desarrollo. Esta modalidad contractual permite a los jóvenes obtener certificados de profesionalidad homologados y con reconocimiento oficial cuando no tienen una formación específica para el puesto que van a ocupar. Por su parte, la empresa recibe importantes beneficios fiscales, como os explicamos en un artículo anterior. Además, esta modalidad contractual y la formación continuada son un modo de dar una oportunidad a los trabajadores para que desarrollen su carrera profesional en la empresa y, con ello, aumentan las posibilidades de convertirse en expertos en el sector.