27 de marzo de 2015
El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 20 de marzo un Real Decreto-Ley para la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral.
La evolución en la formación es la clave para que el capital humano de las empresas esté a la vanguardia en el sector. En este sentido, el Gobierno español ha aprobado una reforma en la Formación Profesional para el Empleo fruto del diálogo y la participación con los agentes sociales.
El nuevo modelo de formación profesional tiene varios objetivos básicos que benefician a ambas partes implicadas, empresarios y trabajadores. En primer lugar, las fuentes oficiales hablan de favorecer la creación de empleos estables y de calidad en el contexto de recuperación de la crisis económica en el que aún contamos con datos de desempleo alarmantes en comparación con el resto de Europa. Por otra parte, la formación del capital humano de las empresas permite aumentar la competitividad en el entorno y, con lo cual, la posibilidad de crecer.
La formación laboral es uno de los aspectos que también se intentan garantizar con la reforma y que, a su vez, permitirá una mayor empleabilidad y aumentar la promoción empresarial de los trabajadores en la propia organización. Para terminar con lo que se refiere a los objetivos de la reforma, hablamos de consolidar la cultura de la formación en nuestro sistema productivo dado que se trata de un ítem que influye directamente en el desarrollo económico del país.
Disponer de un equipo formado supone una mayor rapidez en la adaptación a los cambios que se dan en el sector en el que desarrollamos nuestra actividad y, además, influye directamente en los datos macroeconómicos del país. En este sentido, la reforma ha puesto el acento en el papel prioritario de la formación. Se trata de reformar el conjunto del sistema: la formación profesional de que disponemos hasta la actualidad ha permitido que muchas personas aumenten sus conocimientos, pero también es cierto que el sistema tenía debilidades que han obligado a las instituciones a llevar a cabo cambios estratégicos.
• La cuenta-formación. Durante los últimos días hemos oído hablar de la cuenta-formación en los medios de comunicación. Pero, ¿qué es exactamente? La cuenta formación se ha creado en beneficio exclusivo de los trabajadores y es el registro documentable y con valor probatorio en el que se recogen sus “competencias acreditadas y registradas”. El objetivo de esta herramienta es garantizar el ejercicio del derecho a la formación de las personas.
• La tele-formación. Aumentar nuestros conocimientos teóricos supone, en muchas ocasiones, una inversión de tiempo en horarios fijados que no siempre permite la conciliación con nuestra vida personal y profesional. Es por este motivo que con la tele-formación se pretende mejorar la flexibilidad del sistema formativo y la eficacia del mismo.
• La formación en la empresa. La clave del éxito reside en la posibilidad de formarnos en el seno de la corporación. Es por este motivo que la reforma contempla un aumento de la flexibilidad en la gestión de la misma, llegando incluso a la posibilidad de impartir los cursos en la empresa con medios propios o contratados (siempre que estén acreditados) o simplificando los procesos de gestión, entre otros.
• El cheque-formación. Se trata de una herramienta que permite a las personas desempleadas escoger la entidad en la que recibir la formación garantizando siempre la calidad de la misma.
• Evaluación de la calidad y el impacto de la formación. Teniendo en cuenta cómo mejoran las personas en sus puestos de trabajo, la capacidad por mantenerlo o las auditorías de control, seremos capaces de valorar el impacto de la formación.
• Tolerancia cero contra el fraude. La reforma crea una Unidad Especial dentro de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social con la que se pretende evitar las malas prácticas y los incumplimientos de la ley.
Según datos oficiales, únicamente el 26% de las empresas con un número de trabajadores por debajo de 10 ofrecen cursos de formación, frente al 93% de las grandes empresas. Es por este motivo que la reforma contempla las medidas necesarias para introducir la formación de las personas en todas las organizaciones. En este sentido, el papel de las entidades organizadoras contribuirán a aumentar la penetración de la formación entre estas empresas.
En próximas publicaciones desarrollaremos otras informaciones de la reforma.
