29 de junio de 2015
Sócrates afirmaba categóricamente que “los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones”. En Didactic creemos que no iba nada equivocado si tenemos en cuenta que “se consideran igual de importantes que el tiempo de sueño”, según Tinny Alfaro, Psicóloga y Especialista en Reclutamiento. Es más, la misma especialista explica que, del mismo modo que la ausencia de sueño nos imposibilita pensar de manera eficiente, la inexistencia de vacaciones reales influyen negativamente en nuestro estado de salud porque suponen un descenso de las defensas de nuestro sistema inmune.
En algunas ocasiones irnos de vacaciones supone una cantidad ingente de papel acumulado sobre nuestra mesa y de correos electrónicos por leer en nuestra bandeja de entrada. Por eso, gracias a la existencia de los smartphones, Internet y otros dispositivos portátiles, decidimos hacerles partícipes de nuestras vacaciones para poder ir solucionando poco a poco los temas laborales que se acumulan en nuestra ausencia. Pero, ¿vale la pena?
Son muchos los trabajadores que, como consecuencia de su responsabilidad, desconocen la importancia de estar entregados a nuestras vacaciones. Si somos empresarios, es plausible que estemos sedientos de información, pero los pormenores sólo nos evitarán disfrutar de esos días de ocio. Es por este motivo que una de las mejores recomendaciones es mantener a nuestra mano derecha al frente de la organización y que sólo se nos haga conocedores de los temas vitales.
El tiempo que nuestros empleados pasan con sus familiares y amigos con una rutina totalmente diferente a la habitual nos permite darles valor y potenciarles. Tanto es así que incluso Richard Branson, dueño de Virgin, promete “libertad para tomarse las vacaciones cuando quieran y por el tiempo que quieran”. Pero él no es el primer antecedente de esta situación: fue la televisión por Internet Netflix la que comenzó con esta política. Y tampoco ellos son los únicos que siguen con esta política: Evernote , HubSpot o NerdWallet hacen exactamente lo mismo.
Y todo esto no es fruto de una casualidad. Existen diferentes estudios llevados a cabo por grandes multinacionales que ponen en evidencia que las personas que trabajan en empresas flexibles son más productivas y aumentan su compromiso. Pero los riesgos también son evidentes: demasiados días libres, dificultad para coordinar algunos trabajos relacionados con el sector servicios o la no retribución de las vacaciones que no se lleven a término, entre otras.
Es por este motivo que se necesita un departamento de Recursos Humanos capacitado para organizarlo y, por ejemplo, permitir las vacaciones ilimitadas por proyectos. De esta manera, todo trabajador sería responsable de su propio volumen de trabajo. Es por este motivo que las estadísticas dicen que los trabajadores del 1% de las empresas que llevan a la práctica esta política sólo disfrutan de entre 2 y 3 semanas de vacaciones al año. En esta línea Branson afirma que “debemos centrarnos en lo que la gente hace y en los resultados, no en la cantidad de horas o días trabajados”.
Si la imagen corporativa es una mezcla de lo que la empresa dice, lo que hace y lo que los demás perciben de nosotros, tenemos que saber cómo puede repercutir la flexibilidad a nivel interno y externo. La flexibilidad laboral es el más claro ejemplo de una apuesta por la conciliación familiar y, por eso, mejora la imagen de la empresa por parte de los trabajadores y los círculos conocedores de esta política. Por otra parte, aumenta el buen ambiente de trabajo y la productividad (por la reorganización que hacen los trabajadores de sus labores). Además, los costes fijos, como el agua o la luz, disminuyen dado que, en la mayoría de ocasiones, las personas prefieren trabajar por las mañanas. A esto debemos sumarle el hecho de que no supone ningún gasto para la empresa.
Pero si mejora la imagen, ¿cómo lo podemos percibir? En primer lugar, se creará engagementinterno y aumentará el compromiso, con lo que será más sencillo contar con nuestros trabajadores incondicionalmente cuando sea necesario por la actividad de la empresa. Por otra parte, son muchas las instituciones públicas que han empezado a premiar a las empresas que trabajan con estas directrices.
