24 de julio de 2015.
En muchas ocasiones no es fácil organizar los calendarios laborales para cumplir correctamente con nuestra actividad, contamos con una saturación de trabajo demasiado elevada o, incluso, nos sentimos obligados a dedicar algunas horas más a nuestra jornada. En ocasiones esto supone que el tiempo de descanso en verano se acorte o que, incluso, parte de nuestro equipo deba elegir sus días de descanso fuera del verano. Cuando esto pasa, no podemos la motivación del equipo se debe convertir en una prioridad para el equipo.
A finales de junio os hablábamos en nuestro blog de que Necesitamos vacaciones de verdad porque esto garantiza un buen rendimiento laboral el resto del año. Además, también explicamos la importancia de la flexibilidad laboral y algunas políticas relacionadas con el descanso del personal que llevan a cabo grandes empresas como Virgin. Sea como sea, no podemos olvidar que la ausencia de vacaciones o la dificultad para aprobar las que cada trabajador desea deben ser una excepción. Mantener al trabajador satisfecho y apostar por su crecimiento y promoción dentro de la empresa garantiza su fidelidad y la retención del talento.
Cuando ha sido imposible conseguir que “llueva a gusto de todos en la empresa” y las decisiones que se han tomado han disgustado a parte de nuestro equipo, deben ponerse en marcha algunos mecanismos que lidien con las problemáticas internas que todo esto pueda desencadenar.
Durante los meses de verano, fundamentalmente julio y agosto, los precios de las estancias de vacaciones suelen subir. Por eso, muchas personas deciden tomarse las vacaciones fuera del período estival. Otros profesionales, para poder coincidir con sus familiares y amigos, saben que sólo es posible para ellos desconectar dentro de los meses principales.
En época estival, fundamentalmente en agosto, se reduce enormemente la actividad en la oficina y, por eso, es posible adoptar políticas más flexibles en diferentes aspectos. Una manera es facilitar la jornada intensiva: comenzar más temprano para poder disfrutar de la tarde y las horas de sol o bien trabajar un rato más de lunes a jueves para poder salir muy temprano el viernes. Si más no, también es posible partir el turno y que, una parte de él, lo puedan desarrollar desde casa telemáticamente. De este modo permitimos, también, una mayor conciliación familiar durante los meses de descanso de la escuela de los más pequeños.
Otro tema importante es el de la vestimenta. Durante el mes de agosto disminuyen las actividades formales con clientes y proveedores y, por eso, es posible ser más permisivos con nuestro equipo en materia de moda. Pese a mantener unos mínimos estrictos, es importante aumentar nuestra flexibilidad en esta materia.
Finalmente, las empresas que realmente apuestan por la satisfacción de sus trabajadores ponen en marcha políticas internas que tienen en cuenta los gustos y preferencias del equipo, así como la vida saludable aconsejada por los profesionales sanitarios. Un ejemplo es la organización de sesiones deportivas en equipo: desde running hasta campeonatos de baloncesto o fútbol, con los entrenamientos en equipo pertinentes. Si durante el verano además contamos con la disponibilidad de espacios adaptados a la climatología, podemos mejorar muchos aspectos: desde la motivación, hasta el sentimiento de pertenencia a un equipo y la capacidad de autosuperación.