23 de diciembre de 2015.
Vivimos en un mercado laboral cada vez más exigente. Los títulos académicos y el dominio de idiomas no es lo único importante: detrás de los procesos de selección se encuentran análisis de nuestras actitudes y aptitudes. En este sentido, el crecimiento que experimentamos constantemente es exponencialmente superior al de la media de hace no tantos años. En esta situación coyuntural, la figura del mentor está comenzando a tomar relevancia. Y es que podemos entender al mentor, también, como un líder que nos permite descubrir nuestro potencial a la vez que nos orienta para tomar las decisiones más acertadas.
Un mentor es una persona que invierte su tiempo, su knowhow y su esfuerzo para potenciar el desarrollo de otra persona. Se caracteriza por contar con una trayectoria, conocimiento y habilidades brillantes que permiten dar respuesta a las necesidades profesionales de la persona a la que mentoriza.
Pero el mentor debe contar con otras habilidades tanto o más importantes. Entre ellas destacan la capacidad de escucha activa, rigor, interés y manejo de las inquietudes y expectativas de otras personas. Este papel de orientación lo realiza sin recibir a cambio más que el orgullo y la satisfacción de sumar en el desarrollo del talento en su ámbito profesional.
La formación es fundamental para promocionar dentro de una empresa. Pero no es lo único que importa: también es fundamental la experiencia en el sector. Y el mentoringtambién es un factor multiplicador en este sentido. Tanto es así que la Directora de Recursos Humanos y Diversidad en España de Accenture afirma que “por mucha formación que se imparta, tener un ejemplo a seguir dentro de casa, un modelo en el que nos podamos apoyar y pedir consejo, es fundamental para el desarrollo profesional de las personas”. Un dato: en su empresa todos los trabajadores, incluidos los becarios y el director general, tienen un mentor.
La influencia del mentor, como la formación y las sesiones de coaching, revierten proporcionalmente en la productividad de la empresa. Así, podemos conseguir que nuestra compañía sea más competitiva.
Y no somos conscientes de cuánto conocemos esta figura. En películas como StarWars y Karate Kid vemos cómo personas con experiencia y conocimientos ayudan a jóvenes promesas a desarrollarse hasta conseguir el éxito. Y es que aprender con un referente dándonos soporte es un privilegio, tanto a nivel de conocimientos como a nivel de actitud ante las adversidades.
El capital humano de una empresa es clave en su reputación y posicionamiento de marca, en su productividad y competitividad y en su evolución en relación a las necesidades de su público objetivo. Es por este motivo que invertir en ellos tiene un retorno de la inversión difícilmente cuantificable e innegablemente trascendental. Combinar la formación continuada o la contratación de personas que cursan Formación Profesional Dual con la asignación de un mentor es un reto para las organizaciones que quieren ver cómo ganan en diferenciación y relevancia en su triple resultado.