02/10/2015
Michael Jordan afirmaba que “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”. En los últimos años, a consecuencia de la crisis económica, conseguir buenos resultados ha sido motivo de grandes tensiones a nivel interno: ya fuese por los recortes o por las exigencias de los accionistas. Es el momento de hacernos una pregunta: si los diagnósticos del clima de la empresa fuesen una herramienta que sirviera para mejorar la productividad, ¿empezaría a ser algo prioritario?
Vivimos en un mundo muy competitivo. Nos sometemos a una presión constante sin ser del todo conscientes de ello. El perfeccionismo que nos autoexigimos y que nos exigen. Las personas con las que compartimos nuestra jornada laboral. Y, sin darnos cuenta, todo ello altera nuestro estado emocional pudiendo repercutir negativamente en el ámbito laboral y el desarrollo profesional.
Por todos estos motivos, los expertos en recursos humanos recomiendan que seamos capaces de canalizar las emociones: pero no sólo para evitar problemáticas dentro de la empresa, sino también para poder disfrutar de una vida personal de mayor calidad.
Para evitar arranques de ira y de sentimientos negativos, es necesario que seamos capaces de expresar nuestros sentimientos ante nuestros superiores y homólogos en las situaciones precisas. Pero esto no se consigue de un día para otro: es necesaria la cohesión de los equipos y que las personas que tripulan la nave sean auténticos líderes. Por eso, como os comentábamos la semana pasada en LinkedIn, es tan importante tener en cuenta una formación en coaching.
El espacio en el que trabajamos debe ser confortable y poner en evidencia la cultura de la organización, así como pequeños detalles que pongan en evidencia la calidad del capital humano que la hace posible. Por eso, cuando se trata de poner en marcha la nueva oficina o remodelar la anterior, es imprescindible tener en cuenta la Imagen Visual Corporativa y los detalles que influirán psicológicamente en las personas: desde el color de las paredes hasta los cuadros, pasando por las mesas, las sillas y el material de oficina.
Dentro de la empresa también podemos apostar por la creación de proyectos alternativos en los que colaboren diferentes departamentos. Es una manera de fomentar la creatividad y las nuevas relaciones interpersonales de la plantilla.
Pero la vida no termina en la puerta de la empresa. Para generar una auténtica cohesión de equipos y asegurarnos que nuestros trabajadores se encuentran motivados, es necesario demostrarles que son una parte fundamental de la empresa realizando actividades fuera de la oficina que muestren nuestro lado humano. En este sentido, también podemos aprovechar estas salidas para motivar a las personas a que cuiden de su salud.
Además, ante las diferentes noticias de actualidad, es necesario preparar acciones que pongan de manifiesto nuestro lado más humano: por ejemplo, ante una crisis humanitaria o una campaña de recogida de alimentos, podríamos acondicionar un espacio en el que facilitar la información correspondiente y cómo podemos ayudar.
Del mismo modo, ampliar la libertad es importante. Nuestra mentalidad se aleja de la de otros países que, lejos de atar en corto a sus empleados, les permite grandes libertades: desde revisar sus redes sociales hasta la máxima flexibilidad en el horario. Al final, lo verdaderamente importante, es que el trabajo salga y que salga bien.