06 de marzo de 2015
Una de las noticias que esperamos con mayor expectación a principios de cada mes son los datos de empleo. Desde que comenzó la crisis económica el paro afectó a millares de familias, pero, en esta ocasión, los datos son esperanzadores y positivos. El pasado martes 3 de marzo el Ministerio de Empleo publicó los datos del número de afiliados a la Seguridad Social. En febrero esta cifra ha aumentado en 96.909 personas respecto a enero, situando el total de inscritos en 16.672.220 personas.
Desde 2007, cuando la crisis sólo estaba comenzando y a penas se hacía notar, no se había registrado un dato tan positivo. Después de las fiestas de Navidad y la campaña de rebajas de enero, era habitual que comenzase un período de destrucción de empleo.
Pero este año la tendencia está cambiando: el paro registrado durante el mes de febrero ha disminuido en más de 13.500 personas. Se trata del mayor descenso durante dicho mes en los últimos 14 años. Pese a ello, aún nos situamos en cifras preocupantes y son 4.512.153 personas las que se encuentran en la actualidad desempleadas. En el último año el paro se ha reducido en más de 300.300 personas: es el mayor descenso interanual desde 1999, situando la tasa en -6,24%.
Los sectores más favorecidos han sido el de la construcción, la educación, ,la industria manufacturera, la hostelería, la Administración Pública y Defensa y las actividades administrativas y servicios auxiliares. Se trata de sectores que, además, estuvieron, en general, muy castigados durante los años más duros de la crisis.
Por lo que respecta al perfil de personas sin trabajo, destaca el hecho de que haya aumentado la tasa de desempleo entre las mujeres, un 0,26% (6.319 desempleadas) concretamente. En lo que hace referencia a las edades, la escasez de oportunidades sigue afectando a los menores de 25 años pese a que la tasa interanual entre los jóvenes se ha reducido un 9,6% (41.206 personas).
Fomentar el empleo entre las personas jóvenes es muy importante para mantener su motivación y evitar la fuga de cerebros después de formarse en nuestro país. Es por este motivo que el Contrato de Formación se postula como la fórmula idónea para fomentar la contratación de personas jóvenes sin formación específica sobre el puesto a desempeñar.
Los contratos para la formación y el aprendizaje crecieron un 23,8% interanual en febrero, con 11.247 contratos nuevos. Además, se celebraron 5.676 contratos en prácticas, lo que supone un aumento del 36,3% respecto al año anterior.
La formación es importante para mantener un enriquecimiento a nivel personal y profesional de los trabajadores y, a la vez, permite a los empresarios disponer de un capital humano formado y adaptado a las tendencias actuales. La importancia es tal que, en los últimos 6 años, esta modalidad contractual ha aumentado en un 76% hasta los 140.000 en 2014, afectando principalmente (en un 60%) a los menores de 25 años.
En esta línea, el 70% de las personas que se incorporan a las empresas con el Contrato de Formación disponen de estudios de secundaria, ciclos formativos e, incluso, titulaciones universitarias. Y es que formarse es cuestión de aprender cada día, sobre todo con la posibilidad de aplicar los aprendizajes teóricos en el día a día de la empresa.
Finalmente, las personas que se mantienen activas desde el punto de vista formativo tienen la capacidad de adaptarse a las posibles próximas exigencias de su empresa, aumentan sus oportunidades de crecer profesionalmente y mejora la satisfacción laboral.
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